Televerio va a cambiar tu vida

La historia de don Televerio y el Profesor es como una historia de amor. Se conocieron, se gustaron y el viejo lo dejó todo por él. Uno, un hombre de campo y que nunca había visto la televisión y, el otro, un Profesor con las ideas claras y con ganas de terminar su estudio sobre la televisión actual. Todo puede ocurrir en sus vidas y Televerio viene dispuesto a enfrentarse a todo...

domingo, 20 de mayo de 2007

Capítulo siete. Televerio, los debares electorales y el exceso de Pantoja

Pocos días quedaban ya para las elecciones autonómicas y municipales del 27 de mayo cuando don Televerio y yo tuvimos nuestra nueva cita. En nuestra sesión, el viejo me encontró en mi despacho rodeado de propaganda electoralista. "¿Qué le parece Televerio? Ampliación de la red de Metro, nuevas escuelas infantiles, viviendas públicas... todo lo necesario para ganarse el voto", le dije enseñándole uno de los folletos. "Y no se olvide usted de inaugurar una nueva instalación para venderse mejor", añadió el anciano. Y qué razón tenía. Durante las cuatro semanas de campaña que llevábamos, los políticos habían inaugurado nuevas estaciones de Metro, hospitales aún sin terminar y un sinfín de nuvas infraestructuras para demostrar lo buenos que habían sido durante la anterior legislatura. "Mire usted, señor profesor. Mi cuñado vive en Castellón y eso allí no pasa. Allí no se puede inaugurar cosas así como así durante la época de campaña. Hay que esperarse o hacerlo antes, pero no durante ella. Es que fíjese usted, hay muchos que aprovechan la ocasión para hacer un lavado de cerebro a la gente y convencerles de que su partido es la mejor opción", dijo Televerio.


"¿Y qué piensa usted de los debates de televisión?", le dije al anciano. "¡Puff! La verdad es que me encanta la idea. Qué mejor ocasión que esta para reunir a los principales candidatos de los partidos políticos y conocer así sus programas electorales. Pero la verdad es que a veces me siento un poco tonto ¿no tiene usted la impresión de que sólo están representando un papel, se insultan entre ellos, y no tienen en cuenta que están hablando de nuestro futuro? dijo. "No sabría qué decirle Televerio. La verdad es que cada vez más la política se parece más a un culebrón. Alcaldes corruptos, alcaldes con relaciones personales con miembros del Caso Malaya, alcaldes y tonadilleras... Más que un circo diría yo que es un culebrón", le contesté. Y fue en ese momento cuando los dos dirigimos la mirada al televisor que teníamos delante nuestra que permanecía encendido. "Fíjese, ya están otra vez hablando de la Pantoja. ¿Es que no pueden hacerlo de otra cosa? Si le soy sincero, hasta el Festival de Eurovisión me resulta más atractivo que pasar toda una noche escuchando bobadas sobre la actuación estelar de las Fiestas de San Isidro de Madrid", dijo el viejo. "Estoy con usted Televerio, estoy con usted".

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